16 Datos y Curiosidades de la Historia de la Ciencia en Chile (1° Parte)

 

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Como cualquier otro país en desarrollo, Chile no es uno que destaque en ciencia y tecnología al nivel de países como Estados Unidos o del continente europeo, sin embargo, contamos con un grupo de científicos que si bien no es grande, hace ciencia de calidad y alto impacto en diversas áreas – no por nada el año pasado la revista Nature seleccionó a Chile entre los “Big Players” de la ciencia en Sudamérica, destacando especialmente nuestros aportes y potencial en astronomía, genómica y producción de patentes.

En el presente artículo incluiré la primera mitad de un compilado de 16 historias y curiosidades de la ciencia en Chile que abarcan desde la época prehispánica y la colonial hasta la actualidad, incluyendo descubrimientos, invenciones, grandes logros y anécdotas importantes que muchos chilenos desconocen.


  1. Cultura Chinchorro y sus momias más antiguas que las de Egipto 
  2. Los dos años de Darwin en Chile… y la pérdida de la Patagonia
  3. El Abate Molina y su modelo evolutivo pre-darwiniano
  4. El primer destilador solar del mundo en Antofagasta
  5. Ramón L. Norero y el primer telégrafo inalámbrico de América
  6. Proyecto Cybersyn: El sueño cibernético del gobierno de Allende
  7. El “Cardoen-Bell 206 L-III” y la bomba de racimo
  8. Pablo Valenzuela, la vacuna recombinante contra la hepatitis B y otros prodigios

1.- Cultura Chinchorro y sus momias más antiguas que las de Egipto 

Si te pidiera imaginar el concepto de “momia” o “momificación” o “embalsamamiento“, probablemente te imaginarás a los cadáveres embalsamados de famosos gobernantes del antiguo Egipto. O dependiendo de donde vivas, podrías imaginarte otras diversas culturas que practicaron el proceso de embalsamamiento para prevenir la descomposición y preservar los cuerpos de sus miembros difuntos. Entre estas, se encuentran por ejemplo, los aztecas, los guanches, la dinastía Han en China, los mayas y toltecas, los antiguos etíopes, aborígenes de Norteamérica, así como tribus de Nigeria y el Tibet, entre otros (Brenner, 2014). Pero ¿Sabías que en el norte de Chile existen momias artificialmente preservadas más antiguas que todas las ya mencionadas?

Después de las dos momias halladas en Cave Spirit en Fallon, Nevada (Estados Unidos), con una antigüedad de 9,400 años, las que le siguen en antiguedad fueron descubiertas en el Valle de Camarones, a 100 kilómetros al sur de Arica, y cuentan con una antiguedad de 7,000 años – como paralelo las más antiguas de Egipto son de hace unos 5,000 años. Estas momias pertenecen a la cultura Chinchorro, que se desarrolló aproximadamente entre 7,000 a 3,500 años atrás, y habitó la costa del desierto de Atacama desde Ilo en el sur de Perú, hasta Antofagasta en el norte de Chile, estableciendo su núcleo en la actual ciudad de Arica y en el valle de Camarones. Eran cazadores-recolectores y vivían principalmente de alimentos marinos.

Las primeras momias y vestigios de esta cultura fueron descubiertas por el arqueólogo alemán Max Uhle (conocido como el “padre de la arqueología andina”) en 1914, y a la actualidad unos 180 cuerpos se encuentran repartidos en el Museo de Azapa y el “Sitio de Colón 10”, ambos de la Universidad de de Tarapacá. Además, existe otro número menor en los museos de Historia Natural de Santiago y Valparaíso. Lamentablemente en este último tiempo más de cien momias Chinchorro han estado degradándose debido al aumento en el nivel de humedad (que podría estar relacionado con el cambio climático) en la zona donde se resguardan.

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Momias chinchorro. | Fuente: momiaschinchorro.cl – wikipedia.org – educarchile.cl

Algo característico de esta cultura es que momificaban a todos los miembros de su sociedad, y en forma igualitaria (incluyendo a ancianos, niños, bebés y fetos abortados) a diferencia de otras culturas que generalmente preservaban solo a miembros fallecidos de la élite o clase acomodada. Además, los Chinchorro desarrollaron no una, sino varias formas de momificación a través del tiempo. A pesar de que existen diversas clasificaciones, en la actualidad la clasificación más extendida las divide en 4:

  • Momias negras (5.000-2800 a. E. C.): Fueron las más complejas y su elaboración implicaba desarticular completamente el cuerpo y la extracción de órganos y musculatura. Luego se re-articulaba el esqueleto reforzándolo con maderos y rellenando las cavidades con sedimentos, arcilla y vegetales. Después se remodelaba el cuerpo con arcilla gris y generalmente lo revestían con la misma piel del individuo (en algunos casos de lobo marino), adornando el cráneo con una peluca de pelo corto y una máscara facial. Se delineaban las características faciales y sexuales, concluyendo con la aplicación de una delgada capa de pintura de manganeso de color negro-azulado sobre todo el cuerpo.
  • Momias rojas (2.500-1500 a. E. C.): Se hacían incisiones en el abdomen, hombros, ingle, rodillas y tobillos para remover órganos y parte de la musculatura del difunto. Además se desarticulaba la cabeza y se extraía el cerebro. Después se secaban las cavidades corporales (usando brazas y/o cenizas) y se introducían maderos delgados bajo la piel, sosteniendo las extremidades y la columna vertebral. Se rellenaban las cavidades con tierra, pluma o arcilla, y al cráneo se le añadía una larga peluca de pelo humano. Finalmente, se modelaba el rostro (que quedaba de color negro) y se pintaba el cuerpo completamente de rojo con oxido férrico.
  • Momias con vendajes (2.600 a. E. C.): Son una variación de las momias rojas. A la actualidad solo se ha encontrado un reducido número de ellas, principalmente infantes. La principal diferencia radica en la reposición de la piel en forma de vendajes. En algunos casos se ha identificado el vendaje como piel de pelícano pintada de rojo.
  • Momias con pátina de barro (2.500-1.700 a. E. C.): Corresponden a una modalidad de momificación donde los cuerpos fueron cubiertos con una mezcla de barro, más un aglutinante de naturaleza orgánica. Estas momias por lo general, no muestran evidencias de intervención interna ni el uso de maderos para reforzar el cuerpo. Se plantea que los cuerpos después de momificados eran integrados a la comunidad por los dolientes como verdaderos monumentos ancestrales, marcadores de territorio e identidad cultural. En algún momento fueron enterrados grupal o aisladamente, en posición extendida y descansando sobre sus espaldas.

En mayo del presente año comenzó una campaña de recolección de firmas para que las momias de Chinchorro se transformen en Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. La idea es juntar más de 30.000 mil firmas y mientras escribo esto ya van más de 22 mil (puedes sumar tu firma en el siguiente enlace). Las firmas recolectadas serán presentadas a la UNESCO junto al “Expediente Chinchorro” elaborado por la Universidad de Tarapacá, en conjunto con otros organismos públicos y privados, y en co-responsabilidad con el Estado de Chile. Esperemos que este objetivo se cumpla – tomando en cuenta que las momias chinchorro son 3 mil años más antiguas que el mismo Tutankamón.

2.- Los dos años de Darwin en Chile… y la pérdida de la Patagonia

A grandes rasgos, la importancia del famoso naturalista Charles Darwin radica en que (como bien lo definió James Watson, co-descubridor de la estructura del ADN) gracias a él “por primera vez se supo que es lo que estaba pasando… fue la primera persona en usar la observación y la experiencia poniendo al hombre en el lugar que le pertenece en el mundo”. A pesar de que anteriormente otros científicos y pensadores desde la Grecia antigua habían planteado que el hombre y las especies no eran estáticas, sino que habían evolucionado, Darwin fue el primero en plantear un cuerpo completo de evidencias que sostenían a la selección natural, el principal mecanismo generador de cambios en las especies, el cual influenció prácticamente todas las áreas de las ciencias y resistió a todos los experimentos e investigación a lo largo del siglo XX y lo que va del siglo XXI. 

Muchos ven a este gran científico británico como alguien lejano, casi exclusivamente del “viejo mundo”, y en el caso de los chilenos, pocos saben que estuvo desde fines de 1832 hasta mediados de 1835 en nuestro país, parte importante de lo que fueron sus casi 5 años de investigación a bordo del Beagle al mando del Capitán Fitzroy. Recorrió desde Tierra del Fuego, donde conoció en primera persona a los fueguinos, hasta Iquique, lugar donde un coterráneo suyo le explicó el proceso de obtención del salitre en la salitrera “La Noria”. En esta trayectoria, visitó Chiloé, las islas Guaitecas, el Archipiélago de Chonos, así como las provincias de Osorno y Valdivia. En esta última, fue testigo de la fuerte magnitud de las ondas sísmicas provenientes del terremoto de Concepción de 1835. Tras visitar la recientemente destruida Concepción, conoció de primera mano los notorios cambios geológicos producidos, los cuales le confirmaron que la tierra sufre constantes alteraciones como ya había leído en “Principios de Geología” del famoso geólogo Charles Lyell, y también esto lo ayudó a desarrollar su teoría de la evolución de las especies.

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Darwin en sus mozos veinte celebrando las fiestas patrias junto a Condorito en alguna fonda de la década de 1830. | Edición de Imagen: Roxana Andrade

Recorrió diversas localidades de la zona central, como Valparaíso, Quintero, Quillota, Santiago, Rancagua y San Fernando. Emprendió un breve viaje a Mendoza y luego se trasladó al norte, a los distritos mineros de Coquimbo, Huasco y Copiapó. Es en estos lugares donde se inspira para escribir frases como “¡Qué admirable país para recorrerlo a pie! ¡Qué espléndidas flores! Como en todos los países secos, hasta los zarzales son particularmente olorosos”, y también llega a conocer de primera mano tanto los salones frecuentados por alta sociedad de la época, así como las difíciles y precarias condiciones de vida y trabajo de los agricultores y mineros del Chile de aquel entonces, liderado por José Joaquín Prieto y Diego Portales. Darwin finalmente describió y registró en diversos libros la flora, fauna y geografía de todos los lugares que visitó a lo largo de Chile.

Además, y aunque no suene bien, fue de algún modo uno de los responsables de que Chile perdiera la Patagonia, un territorio que quedaría en manos de Argentina en el mismo periodo que librábamos la Guerra del Pacífico contra Perú y Bolivia. Junto a Vicuña Mackenna, Barros Arana y otros intelectuales chilenos, contribuyó a formar una visión negativa de este territorio, percepción que el gobierno chileno de aquel entonces utilizó para evaluar si entregar o no esta gran región. Como ejemplo, Darwin escribió sobre la patagonia: “Ni una sola gota de agua fresca… once horas sin probarla, durante un reconocimiento; sequía la mayor parte del año; intentos de colonización europea, miserables y abandonados; indios crueles y agresivos; un paisaje invariable y extremadamente sin interés. Ni plantas, ni pasto. ¿Fauna? Pobre, mas la Patagonia puede sin embargo jactarse de un stock de pequeños roedores mayor quizás que el de cualquier otro país del mundo”.

mapa2Mapas del trayecto de Darwin por Chile – De Izquierda a derecha: N°1) Primera y segunda expedición a Tierra del Fuego y al Canal Beagle. (Diciembre de 1832 a febrero de 1833 y luego enero de 1834 a junio de 1834). | N°2) Exploración marítima a Chiloé y Golfo de Penas. (Noviembre de 1834 a febrero de 1835). | N°3) Primeras exploraciones terrestres al interior de la Zona Central (agosto a octubre de 1834), exploración a través de la Cordillera a Argentina (marzo 1835 a abril de 1835), exploración al Desierto de Atacama (abril 1835 a julio 1835). | N°4) Última etapa de la permanencia en Chile. Iquique (Julio de 1835). Fuente: Visita de Charles Robert Darwin a Chile, Revista Marina.


3.- El Abate Molina y su modelo evolutivo pre-darwiniano

Como se mencionó anteriormente, antes de Darwin existieron diversos pensadores y científicos que postularon que las especies no son estáticas y/o que las especies modernas provienen de formas más primitivas. Algunos ejemplos son los filósofos griegos Anaximandro (610 a.C -547 a.C), Empédocles (490 a.C – 430 a.C.) y Epicuro (341 a.C – 270 a.C.); el intelectual árabe al-Jāḥiẓ (776 d.C – 868/869 d.C) que incluso desarrolló una idea rudimentaria de lo que es la selección natural; Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707 d.C – 1788 d.C); Jean-Baptiste Lamarck (1744 d.C – 1829 d.C); Erasmus Darwin (1794 d.C–1796 d.C) quién fue abuelo del mismo Charles Darwin; entre otros. A esta lista se suma un chileno, Juan Ignacio Molina, o más conocido como “Abate Molina”, sacerdote, naturalista y cronista nacido en Villa Alegre, Linares, en 1740.

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El Abate Molina

Cuatro décadas antes de que Darwin planteará su teoría evolutiva, y al mismo tiempo que Lamarck, el Abate Molina ya se convertía en uno de los precursores de la idea de la evolución con sus obras Analogías menos observadas de los tres reinos de la naturaleza (1815) y Sobre la propagación del género humano en distintas partes de la tierra (1818). En la primera obra planteó una teoría de la evolución gradual. Su proposición fue que el “Creador” organizó la naturaleza no en tres reinos (mineral, vegetal, animal) distintos, sino como una cadena continua de organización, sin pasos o quiebres bruscos, en “tres especies de vida, esto es, la vida formativa, la vegetativa y la sensitiva; de modo que la primera, destinada a los minerales, participe en algún grado de la segunda, propia de los vegetales, y esta, de la tercera, asignada a los animales”. Así por ejemplo, los minerales cristalinos antecederían a las formas vegetales más simples. Y las organizaciones vegetales complejas darían paso a las animales, donde se incluye al ser humano. En la segunda obra, Molina propone que las diferencias físicas observables en la raza humana se deben a factores climáticos y geográficos, y realiza variados planteamientos (actualmente ignorados) sobre el poblamiento del continente americano que han sido confirmados por los hallazgos de la ciencia moderna.

Debido a la novedad y carácter revolucionario de estas ideas para el pensamiento clerical, ambos escritos fueron causa de polémica en los círculos intelectuales de inicios del siglo XIX.  De hecho, Ranzani, un ex-estudiante de Molina, lo acusó de herejía y el obispo de Bolonia ordenó examinar la obra. Sin embargo, el grupo de teólogos que revisó los escritos, no encontró nada en contra de la Fe cristiana y autorizó la publicación. Pese a lo anterior, la obra “Analogías menos observadas de los tres reinos de la naturaleza” no fue publicada por mucho tiempo, conservándose en Italia solo su original en castellano. Por lo cual, se discute si esto privó a Darwin (quién cita a Molina en numerosas ocasiones) de tales antecedentes y argumentos, además de costarle al mismo Molina la posibilidad de ser conocido como uno de los precursores de la teoría de la evolución.


4.- El primer destilador solar del mundo en Antofagasta

Actualmente Antofagasta abastece al 60% de su población con agua proveniente de desalación de agua de mar, y se proyecta como la primera ciudad de Latinoamérica en ser abastecida al 100% con agua desalada dentro de poco tiempo. Esto la convertirá en una de las diez ciudades en el mundo en abastecer a toda su población con agua potable desalada.

Puede parecer increíble, pero en el pasado esta región ya ha sido pionera en el uso de esta tecnología, y de hecho con un plus: usando energía solar, ya que el primer destilador solar de la historia se instaló en la entonces Provincia de Antofagasta, especificamente en Las Salinas. Mientras en el hemisferio norte comenzaba la competencia entre los sistemas eléctricos a base de combustibles fósiles a finales del siglo XIX, en el hemisferio sur un ingeniero sueco, Charles Wilson, trabajaba en el desarrollo de un sistema que utilizaría energía renovable y sustentable.

Charles Wilson nació en Estocolmo (Suecia), vivió en Brooklyn, New York, Estados Unidos, y se estableció en el norte de Chile hacia 1860. En 1872 construyó la primera planta de destilación solar (de la que se tenga noticia) para la empresa salitrera Lastenia Salinas – sobre la cuál se construiría la Oficina Chacabuco. Debido a la inexistencia de agua dulce al sur del río Loa, y a que se debía enviar agua desalada (usando carbón) desde Antofagasta (ubicada a 80 millas de Las Salinas), Charles decidió utilizar la energía solar para obtener agua cerca de la misma oficina salitrera.

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Imagen derecha: Charles Wilson Scot (1832-1901) | Imagen izquierda: Fotografía de la Planta de Las Salinas en 1908. Le fue cedida a Julio Hirschmann por Maria Telkes.

El destilador de Las Salinas funcionó impecablemente desde 1874 hasta 1908, cuando se completó la primera traída de agua desde la Cordillera de los Andes hasta Antofagasta, lo que hizo innecesaria la destilación. Tenía 64 destiladores interconectados en una superficie de 4.757 m2 y suministraba más de 20.000 litros de agua fresca al día. El agua era elevada desde los pozos mediante una bomba de molino de viento hasta un estanque con capacidad para cuatro días. El sol calentaba el agua de las arcas por los rayos que pasaban a través de los vidrios. De esta manera, se producía vapor que se condensaba y era conducido a través de cañerías hasta una cuba que almacena el líquido potable.

Josiah Harding, un ingeniero neozelandés que para aquel entonces construía ferrocarriles en Chile, documentó los antecedentes del destilador de Wilson en el artículo “Apparatus for solar distillation” publicado en 1983 en el Minutes of the Proceedings de la Institution of Civil Engineers, la cual lo incluyó en la sección de “Selected Papers”. En 1984 una carta de Wilson sobre el destilador fue publicada en Scientific American, de la cual cabe resaltar el siguiente párrafo:

“Hasta ahora, en sus once años de existencia, ha ahorrado para la posteridad una no insignificante cantidad por sobre las 16.000 toneladas de carbón, la que de otro modo habría sido consumida por la vieja caldera mantenida por los establecimientos que estaban en la zona, cuando la invención fue exitosamente instalada.”

Sin embargo, a nivel internacional estos artículos no lograron captar el interés técnico o académico en medio del auge de las tecnologías a base de carbón y electricidad. Recién en los años 1950’s la físico-química húngara (nacionalizada estadounidense), Maria Telkes, rescató y recuperó estas publicaciones además de fotografías del destilador. En 1953 publicó esta información en el artículo “Fresh Water from Sea Water by Sollar Distilation” en la revista Industrial & Engineering Chemistry mientras trabajaba en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Posteriormente presentó la información en simposios y encuentros internacionales donde logró contactar a docentes de la Universidad de Antofagasta y la Universidad Federico Santa María. En esta última, el ingeniero mecánico especializado en energía solar, Julio Hirschmann, se preocupó de seguir profundizando la investigación técnica e histórica del pionero destilador.

5.- Ramón L. Norero y el primer telégrafo inalámbrico de América

Ramón Luis Norero alrededor del año 1950. Foto cedida por su familia.

Revisa un artículo con mayores detalles sobre Ramón L. Norero en El Definido.

Hacia fines del siglo XIX no existía el fax, el correo electrónico, el skype ni las redes sociales, y el desarrollo del teléfono aún estaba en pañales. Por lo cual, si querías enviar un mensaje a otra localidad debías recurir al correo que enviaba cartas a caballo por vía terrestre, o en barco por vía marítima. Lo más avanzado para enviar mensajes a larga distancia en aquel entonces era el telégrafo, el cual requería un sistema de cableado ya sea  por tierra o por mar (sí, mediante cables telegráficos submarinos que atravesaban océanos enteros). Un ejemplo es el cable telegráfico transatlántico que conectaba Europa y Norteamérica, reduciendo el tiempo de comunicación desde 10 días (lo que tomaba enviar una carta por barco) a un par de minutos. Actualmente seguimos usando los cables submarinos (por ejemplo para nuestros servicios de telefonía e internet) pero con materiales modernos como el polietileno y la fibra óptica.

Dentro de este contexto a fines del siglo XIX, el ingeniero eléctrico e inventor italiano Guillermo Marconi saltó a la fama por ser un pionero en el desarrollo de la telegrafía inalámbrica (o “radiotelegrafía” como se le llamaba al inicio) que prescindía del uso de cables, algo que le valió el Premio Nobel de Física en 1909. Para 1984 Guillermo con apenas 20 años de edad comenzó a trabajar en la idea de utilizar ondas de radio para enviar mensajes, y tras ensayo y error usando como base experimentos anteriores de Heinrich Hertz y Nikola Tesla, logró a inicios de 1896 su primera transmisión de señales de radio a casi una milla de distancia. Sin conseguir interés del gobierno italiano, en 1897, hizo una serie de demostraciones para el gobierno británico logrando transmitir señales de código Morse a una distancia de 6 kilómetros. El mismo año patentó esta tecnología en el Reino Unido.

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Canal de Chacao. Su ancho varía entre 2 a 4 kilómetros aproximadamente.

Algo interesante es que un año después de tal suceso, en 1898 un chileno, Ramón Luis Norero, estableció un telégrafo inalámbrico a través del Canal de Chacao entre la Isla de Chiloé y el continente (en la entonces provincia de Llanquihue). Este suceso histórico para Chile quedó olvidado en la historiografía oficial hasta no hace mucho, cuando en 2007 la Academia Chilena de la Historia revisó los documentos que registraban tal hazaña.

La historia oficial data las primeras comunicaciones por telegrafía inalámbrica de América en 1899 en Brasil y posteriormente en 1902 por el mismo Marconi que logró comunicación desde Inglaterra hacia Canadá y desde Estados Unidos hacia Inglaterra. En el caso de Chile, la primera experiencia de telegrafía inalámbrica oficialmente datada se llevo a cabo el 25 de noviembre de 1904, en una distancia de 50 millas entre los cruceros “Errázuriz” y “Esmeralda” de la Armada de Chile. Sin embargo, como ya se mencionó, el primer ensayo exitoso con aplicación práctica de transmisión de mensajes vía ondas electromagnéticas en Chile fue efectuado en 1898. Esto fue registrado en un parte de viaje del Capitán de Fragata de la cañonera Pilcomayo, Roberto Maldonado, fechado el 7 de febrero de 1899. Respecto del hecho, el Capitán Maldonado dice textualmente lo siguiente en su informe:

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“Física moderna: Algunas aplicaciones de la teoría de los quanta”. Imprenta Nascimento, 1931. Libro de Ramón L. Norero (hijo).

“El lugarejo de Chacao comunica con la vecinal de 7 leguas de longitud que va orillando la costa Norte de la Isla de Chiloé hasta el estuario de Pudeto, el cual se atraviesa por un puente de madera de 300 metros de longitud. Con Puerto Montt puede comunicarse por mar, valiéndose de embarcaciones menores que hacen la travesía en 8 horas. Existe además una oficina de telégrafo que comunica con todo el país y que está en conexión por medio del cable con todo el resto del mundo. Sobre esto mencionemos un hecho notable:  En vista de que en repetidas ocasiones se había cortado el cable telegráfico que unía a Chiloé con Llanquihue, en el Canal de Chacao, a causa de la extraordinaria corriente y del fondo irregular de este canal, el 17 de septiembre de 1898 el Inspector de Oficinas telegráficas señor Ramón Luis Norero, estableció el nuevo sistema de onda electromagnéticas y sin alambre a través del canal de Chacao, con dicho  objeto estableció dos líneas de alambre en ambas orillas, más o menos paralelas, de 2.000 metros de largo  cada una entre Punta Santa y Punta Coronel por el Norte y Punta Gallan y Punta Soledad por el Sur. De esta manera se obtuvo una corriente eléctrica vibratoria, producida por 2.000 metros de alambre llevando una plancha de cobre cada extremo de la línea.  Se transmite la vibración por inducción de una a otra línea,  recibiendo en un fono las señales alfabéticas por el sistema Morse.”

Cabe mencionar que mediante este sistema, en menos de seis meses se habían transmitido 5.000 telegramas desde su inauguración. Sin embargo, más allá del suceso registrado, no he podido encontrar mucha información sobre la biografía de Ramón L. Norero. Debido a que los Norero’s provienen de inmigrantes italianos que salieron desde la región de Liguria entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, inicialmente pensé que Ramón podría haber estudiado en aquel país, o al menos tenido algún contacto con Marconi o la tecnología pionera que se desarrollaba en aquel entonces en Italia. No obstante, consultando con David Norero Areal, quién se ha dedicado a armar el arból genealógico completo del apellido Norero (remontandose varios siglos atrás), me comentó que Ramón L. Norero vivió entre 1870-1952, perteneció a una familia modesta y estudió en Chile. También, en la Biblioteca del Congreso Nacional logré acceder a uno de tres libros (imagen superior) sobre física cuántica publicados por su hijo (también llamado Ramón Luis Norero) en la década de 1930.

No hay duda de que este suceso significativo debió haber quedado registrado en la historia de la ciencia chilena desde un primer momento, lamentablemente, debió pasar más de un siglo para aquello.

6.- Proyecto Cybersyn: El sueño cibernético del gobierno de Allende

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Ilustración gráfica sobre Allende y el proyecto SYNCO por César Díaz. Fuente: https://goo.gl/YhoLRB

¿Te imaginas un país donde su presidente junto a un gabinete de técnicos y especialistas dirigen la conducción y producción del país desde una sala de control de mando idéntica a la de la nave estelar Enterprise de Star Trek? ¿Te los imaginas utilizando una moderna y pionera red cibernética en plena década de 1970? Bueno, esto que podría parecer ciencia ficción ocurrió (parcialmente) en la realidad, y no en Estados Unidos, la Unión Soviética o Europa, sino en un país sub-desarrollado del tercer mundo: en Chile.

Eran los inicios de 1970’s y había asumido recientemente la presidencia de Chile el Dr. Salvador Allende, el primer socialista del mundo en lograr llegar al poder mediante la vía democrática. Dentro de este complejo contexto político, caracterizado por una fuerte polarización política dentro del país y una recelosa y curiosa observación desde el extranjero, el entonces Director Técnico General de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), Fernando Flores, encontró el momento preciso para concretar un sueño que había tenido cuando era estudiante de ingeniería en la Universidad Católica: la aplicación de conceptos cibernéticos en el proyecto socialista.

El gobierno había nacionalizado y anexado muchas empresas de propiedad social al Estado, lo cual planteaba un gran desafío al necesitar coordinar la información de estas y las otras empresas estatales. Se necesitaba un sistema de transferencia de información a tiempo real, flexible y dinámico, y que además, sorteara el problema del cálculo económico en el socialismo.

Para esto Fernando Flores, con la ayuda de un colega de la CORFO, Raúl Espejo, contactaron en 1970 a Stafford Beer, un académico británico renombrado por su trabajo en los campos de la investigación operacional y cibernética organizacional – Flores había leído sus libros a mediados de los años 1960’s. Invitaron a Beer a implementar en Chile el VSM (modelo de sistema viable), un modelo que describía en su libro “The Brain of the Firm”. Beer aceptó y el proyecto comenzó su desarrollo en 1971. Luego de 18 meses de trabajo y avances ejecutados por un grupo de ingenieros chilenos, el proyecto de gobierno cibernético fue aprobado por el Presidente Salvador Allende para ser implementado en el Palacio La Moneda.

El proyecto final elaborado se llamó Cybersyn (Sinergia Cibernética) o SYNCO (Sistema de Información y Control), y consistía en la gestión de información productiva de las empresas estatales de todo el país, a través de una red tecnológica interconectada llamada CYBERNET, la cual unía las empresas a través de una red de 500 Télex para la recepción y transmisión de información casi en tiempo real. Esto se hacía basado en las variables económicas de las empresas nacionalizadas por el gobierno con una central de operaciones ubicada en ECOM (Empresa de Computación e Informática de Chile), lugar donde procesaban la información utilizando el sistema CYBERSTRIDE. Desde allí la información procesada se enviaba a una sala de operaciones llamada “Opsroom” (ver imagen) ubicada en el Palacio La Moneda, en la que se tomarían las decisiones y se pronosticarían (a través del simulador DINAMO) las variables a futuro de la economía de Chile.

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Derecha: El “Opsroom” era una sala hexagonal de operaciones; el punto de unión de los diferentes proyectos realizados en el contexto de Cybersyn. | Izquierda: Pantallas retroproyectoras con información de las empresas en tiempo real.

Un proyecto anexo que también se llevo a cabo fue el “CYBERFOLK“, que consistía teóricamente en entregar a la gente la posibilidad de tener una conexión a tiempo real con los grupos de toma decisiones del gobierno desde sus casas, y así participar democraticamente en las decisiones. Este sistema fue implementado experimentalmente en 2 ciudades de Chile, Tome (8° Región) y Mejillones (2° Región), donde conectaron la municipalidad de ambas ciudades con casas de un grupo de habitantes de las respectivas localidades. Mediante un circuito cerrado de televisión la gente vería las sesiones realizadas en las municipalidades y participaría activamente en el proceso democrático. Grupos de oposición acusaron a este experimento de ser una herramienta para controlar a la gente.

Lamentablemente tras el golpe militar de 1973 la sala de operaciones fue destruida y el proyecto Cybersyn (o SYNCO) nunca pudo ser implementado, sin embargo, el sistema (aún no instalado completamente) demostró su utilidad en octubre de 1972, cuando 50.000 camioneros en paro bloquearon las calles de Santiago. Con las máquinas de teletipos el gobierno fue capaz de coordinar el transporte de alimentos a la ciudad con los cerca de 200 camiones leales a Allende y que no se encontraban en paro.

Sin duda, y más allá de la posición política personal, hay que reconocer la enorme proeza e innovación tecnológica única a nivel global que significó el Proyecto Cybersyn – antes de la existencia misma del Internet y cuando los estadounidenses apenas hacían sus primeras conexiones con la red ARPANET. Este es otro hecho de la historia de la ciencia chilena del cual mucha gente ni siquiera ha escuchado.

7.- El “Cardoen-Bell 206 L-III” y la bomba de racimo

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Afiche publicitario de Industrias Cardoen.

A fines de la década de 1970, Chile se encontraba en un panorama económico y geopolítico complejo: 1) Su economía aún se estaba recuperando desde el término del gobierno de Allende tras el Golpe de Estado – la deuda externa venía en un exponencial aumento desde entonces. 2) En 1974-1975 las relaciones con Perú fueron tensas, ya que el militar y entonces dictador de tal país, Juan Velasco Alvarado, había modernizado sus Fuerzas Armadas y se decía que pretendía declararle la Guerra a Chile. 3) Chile estuvo a punto de entrar en Guerra con Argentina en 1978, ya que el gobierno militar de Jorge Videla buscaba tomar posesión de las islas Picton, Nueva y Lennox en el Canal Beagle. 4) Además, para entonces Chile estaba bajo la enmienda Kennedy, que el congresista estadounidense Edward Kennedy había promulgado en 1976 con la finalidad de prohibir la asistencia militar y venta de armas a Chile.

Esta presión llevó por un lado al gobierno militar a tener que que acceder al mercado negro, y también significó tiempos de apogeo para las Fábricas y Maestranzas del Ejército de Chile (FAMAE), que debió ingeniárselas para producir los repuestos faltantes y el armamento necesario. Por otro lado, se invitó a empresarios chilenos a participar en la producción de armamento, y entre los invitados se encontraba Carlos Cardoen, un ingeniero civil en minas con doctorado en metalurgia, ex-piloto de la Fuerza Aérea, y que además para entonces fabricaba explosivos para el sector minero.

Es así como este en 1978 este ingeniero inicia “Industrias Cardoen” con la fabricación de minas anti-tanques y anti-personas, tecnología que debió producir en apenas semanas con modificaciones de diversos diseños no militares pre-existentes en el mercado (tecnología chilena que fue finalmente patentada por Cardoen). Posteriormente y a pedido del General Fernando Matthei (quién le solicitó bombas “para mantener la cabeza baja del enemigo, para meter algún ruido, para joder“), comienza la producción de las “Bombas PJ” (Para Joder) destinadas a la Fuerza Aérea. Después nuevamente Matthei le pide otra bomba aérea que tenga en su interior la bomba PJ y que además se abriera en el aire; esto desembocó en la creación de la famosa bomba de racimo (una bomba tipo “clúster”) con tecnología inexistente para entonces – la cual fue patentada por Cardoen en Estados UnidosEste mortífero artefacto se abría en el aire liberando un gran número (hasta 240) de pequeñas bombas que perforaban vehículos blindados, mataba y hería personas dentro de una gran área de superficie, y tenía un anillo de circonio para comenzar incendios.

Cardoen tuvo un sólido ascenso en la industria armamentística durante los años 1980’s, convirtiéndose en uno de los principales exportadores de armas del continente y acaparando clientes principalmente del tercer mundo – entre ellos Chile, Sudáfrica, Ecuador e Irak. En referencia a este último país, Cardoen le vendió más de 250 millones de dólares en bombas de racimo y material bélico a Saddam Hussein – bajo el respaldo de Estados Unidos durante la guerra entre Irak (país aliado de E.E.U.U.) con Irán (dirigido por el antiestadounidense Ayatolá Jomeini).

Otras grandes apuestas de Industrias Cardoen fue la creación de helicópteros. En 1984 Cardoen encargó al ingeniero René M. González el diseño de un prototipo de helicóptero militar a partir de un modelo civil alemán, el MBB Bo-105, que fue finalmente estrenado en la Feria Internacional del Aire (FIDA) de 1986. La modificación lo convertía en monoplaza, se le sumó un ala porta-armamento, tenia mejor performance aerodinámico, mayor protección al piloto y menos vulnerabilidad de ataque terrestre; además estaba dirigido al presupuesto de países subdesarrollados. Lamentablemente la empresa alemana que fabricaba el BO-105 se opuso a autorizar la modificación tras asistir a la exhibición en la FIDA de 1986.

El siguiente prototipo de helicóptero militar fue el Cardoen-Bell 206 L-III, usando como base el helicóptero estadounidense Bell-206. Este nuevo modelo de helicóptero monoplaza y artillable era multipropósito, ya que podía adaptarse para fines civiles o militares y, al igual que el prototipo anterior, estaba dirigido al presupuesto de países subdesarrollados (era mucho más barato que modelos similares). El modelo final fue pilotado por el mismo Cardoen en la FIDA de 1989, y posteriormente lo presentó en 1991 a la Administración Federal de Aviación (FAA) de E.E.U.U. en Texas, para obtener la certificación y así poder comercializarlo bajo el respaldo de la FAA. Las pruebas fueron superadas con éxito, sin embargo, la certificación fue suspendida repentinamente en marzo del mismo año y el prototipo requisado por las autoridades de aduanas norteamericanas. Es aquí donde parte el calvario para Cardoen.

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Izquierda: Mock-up del helicóptero basado en el MBB Bo 105 presentado en la FIDA de 1886. | Derecha: Prototipo experimental del Cardoen-Bell 206 L-III presentado en la FIDA de 1989. | Fuente: http://chileanhelicopter.blogspot.cl/

Resulta que el apoyo de Estados Unidos a Cardoen durante los años 1980’s daría un vuelco cuando finalizaba la Guerra del Golfo – entre la Coalición de las Naciones Unidas contra Irak. Saddam Hussein había pasado de ser un aliado a enemigo de E.E.U.U. (quien recordemos era cliente de Cardoen). Bajo este contexto la aduana norteamericana argumentó que el helicóptero de Cardoen poseía características de ataque y que podría ser vendido a Irak. La situación se agudizó en 1993 cuando un Jurado de Miami tramitó la incautación de bienes raíces de Cardoen en Florida (avaluados en 30 millones de dólares) y además lo demandó por exportación ilegal de circonio ya que supuestamente no habría contado con la aprobación previa del Departamento de Defensa; en este enlace de “Grupo Empresas Cardoen” y en esta entrevista hecha por Raquel Correa, Cardoen entrega los antecedentes de que la exportación fue hecha bajo el alero legal de E.E.U.U. Además aduce “terrorismo económico” y persecución por parte de Estados Unidos contra los “países en desarrollo que pretenden dejar de depender de materias primas“.

Para “rematar”, aquel mismo año de 1993 la Interpol publicó la orden de captura internacional contra Carlos Cardoen, imposibilitándolo de salir de Chile hasta la actualidad. Desde entonces Cardoen se dedica al rubro vitivinícola, hotelería, turismo (especialmente en su ciudad natal de Santa Cruz), energía y minería.

Sin duda que la ciencia y la tecnología no siempre son usadas para bien, históricamente también ha estado al servicio de fines bélicos y militares, es una realidad que al parecer durará por un buen tiempo, y de la que Chile no ha sido ajeno.

8.- Pablo Valenzuela, la vacuna recombinante contra la hepatitis B y otros prodigios

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Pablo Valenzuela Valdés | Imagen: Caras.cl

Si hay un científico chileno actual que combine una mente brillante, grandes logros y descubrimientos de impacto, amplia experiencia en la academia y la empresa, además de iniciativas de impulso al desarrollo científico nacional así como apoyo para estudiantes y profesionales, es con toda seguridad y sin duda alguna el bioquímico Pablo Valenzuela.

Este científico nació en Santiago en 1941, ingresó a la primera generación de bioquímicos de la Universidad de Chile en 1959 y tras titularse decidió hacer un doctorado en química en la Universidad Northwestern, en Illinois, Estados Unidos. Posteriormente entre 1970-1971 realizó su estadía posdoctoral en California, en el departamento de bioquímica y biofísica de la Universidad de California en San Francisco bajo la dirección del prestigioso bioquímico William J. Rutter, con quién logró formar una buena relación personal y profesional.

Valenzuela regresa a Chile como Director del Laboratorio de Bioquímica de la Universidad Católica de Chile con el propósito de modernizar el equipo e incorporar biología molecular en las investigaciones. También participó en la creación del Doctorado en Ciencias Biológicas en la misma universidad. Sin embargo, en 1974 decidió regresar y continuar su estadía posdoctoral en California con William J. Rutter, en pleno inicio de la revolución de la ingeniería genética en Estados Unidos.

Tras trabajar por un breve periodo en la empresa Amgene, en 1981 Valenzuela y Rutter junto a Edward Penhoet fundan la empresa de biotecnología Chiron Corporation; Valenzuela asume el cargo de “Vicepresidente de Investigación y Desarrollo” y comienza a trabajar en la creación de productos biotecnológicos dirigidos al área de la salud humana. Durante aquellos años más de 360 millones de personas estaban crónicamente infectadas con hepatitis B en el mundo, por lo cual Valenzuela se embarcó en la creación de la primera vacuna recombinante contra el virus de la hepatitis B, la cual fue aprobada para su uso en 1986 por la FDA. Mediante el uso de ADN recombinante Valenzuela insertó el gen de un antígeno de la superficie del virus en una levadura (que usaría como bio-fábrica), lo cual hizo el proceso de producción mucho más fácil y eficiente; esto también significó mayor seguridad y eficiencia para los pacientes, ya que las vacunas anteriores debían elaborarse con suero sanguíneo de pacientes infectados. La vacuna fue elegida como uno de los tres productos tecnológicos del año por la revista Business Week en 1986, y además le otorgó fama mundial a Valenzuela y posicionó a Chiron entre las empresas más prestigiosas en biotecnología.

Al año siguiente un equipo de investigadores dirigidos por Valenzuela anuncia el descubrimiento del virus de la hepatitis C, así como la creación de un test para su detecciónEsto fue igual o más importante que la vacuna recombinante, ya que si bien la existencia de este virus había sido postulada a mediados de 1970, hasta entonces la comunidad científica había fracasado en aislarlo. Anteriormente se le llamaba “virus no-A, no-B” (NANBH), ya que pertenecía a la misma familia de los virus de la hepatitis A y B, pero no se comportaba como ninguno de los dos. Lo peor es que al no haber sido aislado no se podía detectar y la gente se infectaba sin saberlo, por lo cual este avance mejoró el diagnóstico y tratamiento antiviral, además de hacer las transfusiones de sangre mucho más seguras (el riesgo de transmisión por transfusión sanguínea se redujo desde un 30% en 1970 a 0% en el año 2000 en Estados Unidos).

Posteriormente Valenzuela dirigió el equipo de científicos de Chiron que clonó y secuenció por primera vez el genoma del virus VIH (causante del SIDA) – que había causado estragos a nivel social desde los primeros cuadros clínicos detectados en 1981 y posterior aislamiento del virus en 1983. También bajo la dirección de Valenzuela se desarrolló una novedosa tecnología para la producción de diversas proteínas foráneas en levaduras, tales como la insulina humana, el factor de crecimiento humano derivado de plaquetas (Regranex, el primer agente cicatrizante de úlceras de la piel aprobado por la FDA), y diversos antígenos virales para vacunas y ensayos de diagnóstico para productos de tamizaje de sangre, hoy comercializados en todo el mundo. Estos desarrollos de punta han tenido un gran impacto en salud, en especial en el diagnóstico y la prevención de graves infecciones virales.

En forma paralela a estos últimos descubrimientos e invenciones, Valenzuela decide involucrar a Chile en el desarrollo de la biotecnología, inicialmente formando a un grupo de más de 20 investigadores chilenos en Chiron, donando un patrimonio importante de acciones de Chiron Corporation para la creación de la Fundación Chilena para Biología Celular, y en 1986 fundando “Bios Chile Ingeniería Genética S.A“, la primera compañía biotecnológica de punta en Chile y un paradigma de este tipo de empresas a nivel nacional. Posteriormente cuando decide regresar de forma permanente a Chile en 1997, funda la “Fundación Ciencia para la Vida” para promover activamente la ciencia y la tecnología en el sector productivo, especialmente en áreas de importancia económica para Chile. En su país natal ha trabajado en áreas como el estudio del genoma del virus Hanta, el desarrollo de aplicaciones en diagnosis y terapia médica (banco de sangre, Chagas, rotavirus, Helicobacter pylori) y la secuenciación del genoma de patógenos que afectan la industria de la salmonicultura y vitivinicultura en Chile. También fue co-fundador de las empresas chilenas Austral BiologicalsAndes Biotechnologies.

La destacada trayectoria del Pablo Valenzuela lo ha llevado a ocupar importantes cargos nacionales e internacionales. Desde 1986 a 1988, fue Asesor del Congreso de los Estados Unidos en la Oficina de Evaluación Tecnológica; en la década de 1990 fue consultor de la Organización de Desarrollo Industrial de Naciones Unidas (ONUDI) y miembro del panel de asesores científicos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Naciones Unidas en Trieste. Es miembro del Advisory Board del Kellogg Center for Biotechnology, Kellogg School of Management de Northwestern University y también fue nominado miembro de la Comisión Nacional para el Desarrollo de la Biotecnología en Chile, encargada de proponer una política nacional en esta materia. Desde 2002 es miembro de la Academia de Ciencias de Chile, y ese mismo año fue galardonado con el “Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, máximo reconocimiento a científicos del área en Chile. En 2012 se convirtió en el primer chileno en la historia en recibir en California, el premio “Lifetime Achievement Award”, de la Asociación BayBio Life Science (que reúne a las firmas biotecnológicas más importantes, inversionistas y premios Nobel, entre otros).

Actualmente sigue trabajando en Bios Chile y en Fundación Ciencia para la Vida, así como como de Director Responsable del Instituto Milenio de Biología Fundamental y Aplicada, además de profesor en la Universidad Católica de Chile y la Universidad Andrés Bello. Su última “obsesión” y línea de trabajo es el cáncer: junto a Luis Burzio trabajan en una nueva tecnología para destruir selectivamente células tumorales dejando intactas las células normales; tuvieron gran éxito en modelos animales y el 13 de septiembre (de 2015) la FDA aprobó un estudio clínico de Fase I en pacientes humanos. Quién sabe si esto último le signifique el Premio Nobel de Fisiología o Medicina más adelante.

Ah! se me olvidaba mencionar que es el padre de la cantante chilena Francisca Valenzuela.


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